La asistente de vuelo de Philippine Airlines, Patrisha Organo, se hizo famosa sin buscarlo.
La mujer el pasado 6 de noviembre llevó a cabo un acto de humildad y de amor que relató en su Facebook una vez varios medios de comunicación la buscaron para que contara su historia a más de 30 mil pies de altura.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2125241750823856
Este fue el relato Patrisha, quien también es madre:
Amamanté a la bebé de una extraña.
Ayer estaba programada para un vuelo de control que debía ser calificado como un evaluador de la tripulación de cabina. Pensé que este vuelo iba a ser especial, ya que este era un gran paso en mi carrera.
Todo salió bien hasta después de despegar. Escuché el llanto de un bebé, un grito que te haría hacer cualquier cosa para ayudar. Me acerqué a la madre y le pregunté si todo está bien, traté de decirle que le diera de comer a su hijo hambriento. Con ojos llorosos, me dijo que se le había acabado la leche de fórmula. Los pasajeros empezaron a mirar y mirar al pequeñoy frágil bebé llorón.
Sentí un pellizco en mi corazón. No hay leche de fórmula a bordo. Pensé en mí misma, sólo hay una cosa que podría ofrecer y esa era mi propia leche. Y así me ofrecí.
La Sra. Sheryl Villaflor, inmediatamente ayudó a la madre y la trasladó hasta la cocina en donde amamanté al bebé. Tenía tanta hambre.
Vi el alivio en los ojos de su madre. Yo seguía alimentando al bebé hasta que se durmió. La acompañé de vuelta a su asiento y justo antes de que me fuera, la madre me dio las gracias sinceramente.
Estaba en lo cierto, el vuelo había sido especial, tan especial no sólo porque me he calificado como azafata sino por mi vocación como ayudante.
Gracias Señor por el regalo de la leche de madre.