Hace ya algunas semanas, el país se enteró de la verdadera identidad de «La Madame» y de todos los negocios que se movían alrededor de su red de proxenetas, pero a la vez, también se conoció el caso del capitán que tatuaba a niñas como su ganado sin embargo este no tuvo tanto protagonismo.
Por esto, los familiares de la menor decidieron hacer todo lo posible para que este caso no quede en la impunidad contando todo el calvario que vivió una de las menores de 12 años víctimas de capitán.
Gracias a una denuncia, las autoridades capturaron a Raul Romero Pabón, excapitán de la Armada, por abusar de menores y marcarlas como ganado.
Según el relato de la menor de 12 años, una de sus amigas de 16 le preguntó que «si estaba lista para entrar al negocio», ella sabía que su mamá le prohibía salir con ella pero un día, prometiéndole regalos y cosas materiales la convenció.
La joven de 16 años, de la cual se desconoce su identidad por protección a menores, trabajaba para Romero Pabón reclutando menores vírgenes de escasos recursos para llevárselas a él y así el excapitán podía grabarlas desnudas, marcarlas con tatuajes, tener sexo con ellas y después amenazarlas.
La joven de 12 años fue llevada por su amiga hasta una casa de Bomba del Amparo, en Cartagena, allí la tatuaron en un pequeño cuarto y la obligaron a tomarse algunas fotos desnudas «el señor me metió a un cuartico y me puso el nombre del infante de marina en la pelvis junto a tres corazones y una coronita» narró.
Aunque su amiga había pedido 1 millón de pesos por «el negocio» el excapitan solo les había mandado 450 mil pesos, de los cuales 150 mil eran del tatuador y todas las promesas que le habían hecho como una casa, ropa nueva y otras cosas nunca llegaron.
La menor y su amiga deambularon por las calles, pues se habían escapado de sus casas y no tenían donde dormir, sin embargo, el papá de la menor las encontró y llevó a su hija a la casa. Según el hombre, la pequeña no era la misma y aunque tenía ropa nueva «tenía la mirada perdida, no hablaba, solo lloraba».
Según la mamá de la joven, al día siguiente llegó a la casa y la encontró llorando y gritando que le ardía mucho, «mi hija gritaba, así que le pregunté qué le pasaba y cuando la revisé me di cuenta que tenía el short y el panty pegado a sus partes y cuando logramos ayudarle me mostró el tatuaje».
La mujer llevó a la menor a Medicina Legal para realizarle algunos exámenes, pero desde esos días «la pequeña se encerraba en el cuarto y decía que se quería matar, que no quería vivir más» así que decidió recolectar todas las pruebas posibles para denunciar a Romero Pabón.
«Lo contacté, fue muy fácil, él se hacía llamar Óscar González, pero en una de esas llamadas me dijo que no lo denunciara porque él tenía bastante plata y lo que yo hiciera se iba para abajo porque él iba a comprar el mundo entero, además, me amenazó con responder por mi hija porque según él le pertenecía y que cuando volviera de Medellín a Cartagena nos iba a llevar a una residencia para abusar de nosotras y más de mi pequeña, porque ya tenía el nombre tautado»
La mujer se propuso a denunciar al hombre y por esto le prometió a Romero que le llevaría a sus dos hijas, ya que en las llamadas el hombre le prometió darles una casa si se las entregaba. Después de un operativo y cuando supuestamente la mujer iba a entregarle a las hijas, la Policía logró capturarlo y acabar con su red de abuso.
Actualmente, Raúl Romero Pabón se encuentra recluido en una cárcel de Sabanalarga y se espera que un juez determine su condena por abusar de niñas pobres y vírgenes en Cartagena y luego obligarlas a tatuarse su nombre en el cuerpo; junto a él también fue capturado el tatuador, quien estaría implicado en agresión sexual contra menores de edad.