La adopción en Colombia es regulada por el Intituto de Bienestar Familiar, única entidad que se hace cargo de los pequeños que no cuentan con un hogar.
Son muchas las familias que buscan poder darle techo, comida, valores y amor a los pequeños del ICBF, pero el proceso es largo y con un sin fin de requisitos, que se centran en defender la integridad y proteger los derechos de los niños a su cargo.
El caso de Chandler Ellis Burr, el periodista norteamericano que buscó adoptar en Colombia y logró conformar su familia con dos niños campesinos de 9 y 13 años, tuvo un giro dramático luego de asumir su posición sexual y declararse homosexual.
El periodista, concedió su dura experiencia con el programa «los informantes» y sacó a relucir que luego de asumir su posición sexual, la custodia de sus hijos se vio en peligro, por llegar la información a funcionarios del Instituto.
Según lo publicó Semana, la procudaduría buscó impugnar la adopción de los hijos de Chandler Ellis Burr, por omisión de información, lo bueno es que ese caso tuvo un fin a favor del norteamericano.
Lo dramático, es el relato de Chandler, que asegura tener que haber confrontado las posiciones de los extremos conservadores del país y tenerlo que llamar como «una ignorancia medieval».
Pasó por un examen psicológico, donde fue tratado según relata el periodista «como un enfermo mental» como si ser homosexual fuera ser «un animal».
Los pequeños, que tuvieron voz y voto, contaron la situación que vivían con sus padres reales, donde pasaban situaciones de estrés, al ver a su padre colombiano llegar a maltratar a su madre y en estado de alicoramiento constante.
El futuro fue alegre para ellos, pese a la lucha de su padre por poder emprender el viaje para conformar una familia, mantuvo contacto con ellos.
La única preocupación de los pequeños, no era la orientación sexual de su adoptante sino el anhelo de poder tener una familia, jugar y ser felices. Como lo son ahora.
Ya van 7 años que los menores comparten con su familia adoptiva. En la entrevista, el mayor reconoce que tienen una vida llena de oportunidades, que se sienten tranquilos porque el ser hijos de una pareja del mismo sexo es normal y bien visto en el contexto que habitan.