La alta tasa de bañistas en las aguas cristalinas de Playa Blanca, han hecho del turismo un monstruo inmenso que ha obligado a los funcionarios de Parques Nacionales Naturales a abandonar las playas.
Los funcionarios han recibido amenazas por parte del sector turístico informal del lugar y se han visto obligados a abandonar Playa Blanca.
La jefe del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, Stephanie Pauwells, dijo al diario El Tiempo que las amenazas comenzaron en la temporada de Semana Santa.
En esta temporada vacacional se inició un control de ingreso de turistas por parte de PNN y otras entidades, pero esto generó gran descontento dado que no llegó la cantidad de turistas desbordantes que habitualmente visita las playas de Playa Blanca en temporada.
Por su parte, las autoridades competentes han tratado de realizar un control sobre esta oleada de turistas en Playa Blanca, pero esto no ha sido posible.
Asimismo, los dueños de los negocios ilegales se han vuelto agresivos, pues aseguran que ganan millones con su puesto informal y no están dispuestos a marcharse.
La misma Pauwells asegura que la capacidad máxima de bañistas que puede recibir Playa Blanca es de 3.124 personas, pero aun con los controles esta cifra siempre es superada y por mucho, pues siempre terminan ingresando entre 4.000 y 4.500 personas.
Cabe mencionar que el control ha sido de gran ayuda, pues en otras ocasiones, según Pauwells, has llegado entre 10 y 11 mil bañistas.
Más allá de la gran problemática que existe con la cantidad de bañistas que llegan a Playa Blanca, la contaminación que dejan estas personas, resulta ser el escollo más grande.
Uno de los agravantes del caso, es que varios hostales, al no existir servicios de saneamiento básico en el lugar, optan por hacer pozos sépticos y letrinas para recibir a los turistas.
Todos estos desechos humanos van a parar a un conjunto de 7 ciénagas de Puerto Naito, ubicadas en la parte de atrás de Playa Blanca.
Rodolfo Cruz, operador de la playa, aseguró al citado medio que los turistas colombianos son los más sucios, pues dejan la basura en cualquier parte, mientras que los extranjeros resultan ser más cuidados y limpios con sus basuras.
Pero el problema no termina ahí, pues según el secretario del interior y de convivencia ciudadana de Cartagena, José Carlos Puello Rubio, al umbral máximo de bañistas que puede recibir Playa Blanca, hay que sumarle las 2 mil personas que viven y trabajan en el lugar.
Estas personas tienen alrededor de 300 negocios (bares, restaurantes y hostales) que siguen destruyendo los manglares del lugar.
A pesar de que Playa Blanca cuenta con un CAI, las edificaciones ilegales siguen aumentando y no ha sido un posible control sobre ellas.