La angustia para una familia bogotana no termina porque el homicida de su hija, a pesar de estar condenado, sigue prófugo de la justicia.
El principal sospechoso de este crimen es Jorge Eliécer Laforís Aguas, quien hace ocho años atrás urdió lo que parecía ser un crimen perfecto.
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Sin embargo la Fiscalía pudo advertir varias fallas en este plan y hoy la justicia lo condenó a 37 años de prisión por el homicidio de Dina Merary Cortés Fonseca, por aquel entonces de 27 años.
El cuerpo de esta mujer fue encontrado el 14 de noviembre del 2010 en zona rural del corregimiento de San Cristóbal, en Medellín.
El cadáver no tenía identificaciones y solo cinco meses después los investigadores pudieron dar con su identidad.
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La víctima presentaba heridas con arma blanca en el cuello y un golpe contundente en la cabeza.
Fue gracia a una denuncia interpuesta por la familia que se logró identificar.
La historia de esta muerte se desarrolló de la siguiente manera: Dina Merary Cortés salió de su casa en Soacha, Bogotá, el 13 de noviembre del 2010, a cumplir una cita con el hoy condenado.
La pareja había terminado su relación un mes atrás, al parecer por el violento comportamiento que Jorge Eliécer Laforís sostenía.
Jorge Eliécer le prometió compartirle un dinero que serviría para el sostenimiento de los hijos que tenían en común.
Sin embargo esto nunca se dio.
Al día siguiente la policía de Medellín hallaría a la mujer muerta en San Cristóbal.
A partir de ese momento el hombre comenzó a dar versiones contradictorias sobre el paradero de la mujer, entre ellas que Dina Merary había viajado a Pereira para radicarse allí.
Para reforzar esta idea el homicida creo un perfil falso de Facebook, desde el cual se comunicaba con su familia y en el que fueron publicadas incluso algunas fotografías.
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Esta pirámide de mentiras se derrumbaría cuando fue identificado el cuerpo de la mujer que permaneció varios meses en la morgue de Medicina Legal en Medellín.
A esto se añade que Jorge Eliécer realizó varias consignaciones desde Pereira para la familia de su víctima, con el fin de dar a entender que la mujer estaba trabajando.
La decisión de primera instancia fue apelada por la defensa ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín.
Laforís Aguas continúa prófugo de la justicia.