Gilda Sol Mujica es el nombre de una venezolana que abandonó su país para buscar una vida próspera en otro lugar, pero no corrió con suerte. Casi pierde la vida.
Esta joven, de 27 años, llegó a vivir hace 8 meses al Perú, donde conoció al hombre que se convirtió en su verdugo.
Gilda vivía en un apartamento en alquiler, donde fue víctima de un robo por lo que decibió cambiar de vivienda.
Cuando quiso avisarle a su arrendadora no se pudo comunicar con ella, entonces le dejó un mensaje con Reyner Alvarado Meza, hijo de la mujer.
Según le relató la víctima a Tv Perú Noticias, un mes antes este sujeto le había enviado varios mensajes de texto en los que le daba a entender que estaba enamorado de ella.
Uno de ellos decía que lo disculpara por el atrevimiento, pero que la amaba desde el primer momento que la vio.
Ella aseguró que no respondió los mensajes y que nunca más se habían visto hasta el día que fue a decir que se iba del apartamento.
Brutal agresión
Un rato después del anuncio Alvarado Meza llegó al apartamento de Gilda con una bolsa y estando allí le tiró ácido en la cara, por lo que perdió la visión en un ojo.
Después tomó un cuchillo y la agredió en el cuello y en una mano. La víctima recuerda que el sujeto le decía en varias oportunidades que se tenía que morir por haberlo rechazado.
Posteriormente, cuando ella yacía indefensa en el piso, la abusó sexualmente y allí la dejó, creyéndola muerta.
Finalmente y sin que él la viera, Gilda se arrastró hasta una ventana y se lanzó al vacío. Estaba en un tercer piso.
De esta manera se salvó de ser desmembrada, al parecer, esa era la intención del sujeto, pues ella escuchó cuando él llamó a alguien y se lo comunicó.
En la caída Gilda sufrió fracturas en la pierna izquierda. De inmediato fue trasladada a un centro asistencial al que también llevaron a su victimario, quien después del ataque intentó acabar con su vida consumiento veneno con yogur.
Ella está pidiendo ayuda al presidente de Perú, Martín Vizcarra, para su caso no quede impune. Mientras tanto Reyner permanece custodiado por la Policía.