«Quiero que Estados Unidos tenga una oficina de intereses y que atienda todos sus asuntos, consulares y energéticos en Caracas. Deseo que sea así», dijo Nicolás Maduro en las últimas horas en televisión.
El mandatario también recalcó que quiere que Venezuela tenga, a su vez, una oficina en Washington para todos los asuntos consulares.
«Quiero una relación de respeto y altura en el marco del derecho internacional. Quiero paz».
Pero lo que más llamó la atención fue su invocación de Dios: «Pido a Dios que meta su mano y cambié el curso de esta conspiración».
El discurso se dio en medio de la crisis que viven Venezuela con Estados Unidos, país que en las últimas semanas se ha comprometido en restringir y cercar todo tipo de negociaciones económicas y políticas con Nicolás Maduro.
También se resalta la crisis energética que vive el vecino país que pasó 5 días sin el suministro de energía, situación que derivó en saqueos al comercio y graves problemas de orden público en ciudades como Maracaibo y Caracas.
Tensas relaciones
La relación entre Venezuela y Estados Unidos terminó de deteriorarse luego de que el presidente Donald Trump aceptara como legítima la presidencia interina de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional que se juramentó como presidente interino el pasado 23 de enero.
Guaidó en los últimos días insinuó que, de ser necesario, Venezuela debería ser intervenida de forma militar.
La crisis de Venezuela pasa por el desabastecimiento y el hecho de que su moneda ha perdido valor, por lo que un sueldo mínimo allí no alcanza para comprar los productos de la canasta familiar.
Por tal razón, todos los días cientos de venezolanos deben cruzar la frontera con Colombia con el fin de buscar medicamentos, alimentos y enceres, productos que no se consiguen con facilidad en su patria.